martes, febrero 20, 2007

el narcisista fin del mundo

en cuanto pisé la vereda me dí cuenta de que algo me había olvidado.
como todos los dias, frente a este tipo de obsesiones, volví sobre mis pasos y tomé de vuelta el ascensor hacia mi piso.
en cuanto puse la llave en la puerta noté que no había olvidado cerrarla, entré. las hornallas estaban en su lugar, ninguna pava volaba. caminé hacia la puerta que divide el living de los cuartos y verificé que la había cerrado también con llave para evitar que mi perra accediera a los cuartos. todo parecía en orden, ningún olvido sobre la mesa a disposición de mi salvaje animal, ninguna puerta sin cerrar.
entonces volví a tomar el camino hacia la calle. otra vez verifiqué que todo estuviera en orden, tomé el ascensor y descendí.
otra vez al llegar a la vereda volví a sentir que algo estaba olvidando. esta vez sabía que no era nada que pusiera en riesgo nada. entonces, mientras caminaba hacia el colectivo hice un mapa mental de las cosas que tenía que hacer en el día y si estaba olvidando llevar algo que necesitaría.
no, nada parecía haber sido olvidado.
el sol pegaba fuerte ese día y al cruzar la calle noté como todos llevaban algo consigo que yo no tenía. era eso, en ese momento me di cuenta, miré al piso y estaba sola, mi cuerpo no opacaba nada del brillo solar, me estaba faltando la sombra. había perdido u olvidado mi sombra en algun lugar.
por supuesto que mi preocupación no llegó a mucho, qué tiene de importante una sombra??? eso pensé, en que puedo necesitarla?? y seguí caminando.
ahi iba yo, sintiendome liviana de peso, no llevaba esa carga innecesaria que nadie nota pero todos llevan como si no les quedara otra. y a mi sí, a mi me habían dado la oportunidad de pasarme un día sin sombra.
igual, todos estos pensamientos se me cruzaron recien cuando estaba en el bondi. recien ahi me puse a pensar bien si tenía alguna utilidad o no y que ventajas y desventajas tendría no tener sombra.
pero mientras llegaba a la conclusión de que no había ningún provecho en esta situación, en ese mismo momento, todo el cielo se nubló y ya nadie tenía demasiada sombra.
miré por la ventana en busca de algun eclipse o nube tremenda que tapara el sol y no fue eso lo que encontré.
nadie parecía darse cuenta pero yo podía reconocer perfectamente lo que estaba tapando el cielo, era mi sombra que se había convertido en una inmeeeeensa sombra. sin poder distinguir sus colores, porque naturalmente era una sombra, yo podía ver mi pelo colorado en la punta, era algo tan mio que podía distinguirlo claramente.
era como si algo la hubiera hecho crecer, algo la hubiera agrandado tanto que estaba hinchada y se había despegado de mi. por supuesto que ahora entendía perfectamente por que había huído de mi persona, le estorbaba.
creo que por un segundo sentí bronca. yo, que había cargado con ella tanto tiempo sin que me sirviera para nada, ahora que ya no le servía y que le resultaba un peso, me abandonaba.
pero también dudé, si yo era su eterna compañera, algo en mi habría provocado su enojo como para que se distanciara asi. quizas había olvidado decir que ella siempre había estado conmigo.
pero me duró dos segundos toda esta reflexión porque al instante una torrencial lluvia comenzó a brotar de ella y la ciudad terminó por inundarse, supongo que incluyendome también a mi.

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