martes, noviembre 28, 2006

nostalgias 1

y otra vez volvia al balcon a mirar si estaba llegando. Encendia un cigarrillo y observaba la calle. Desierto, ningún auto pasaba. Era lógico, acababan de hablar y si bien le había llevado un tiempo elegir que ropa ponerse, él seguro tardaría más.
Volvía a mirar pero esta vez no en busca de un auto. Quería ver cómo era la ciudad que dormía sin saber que su noche recién empezaba.
Se sentía como si estuviera escondiendo un secreto. le divertía saber lo que venía, sentía que estaba a punto de cometer una travesura.
Su corazón se excitaba de pensar e imaginar lo que sucedería.
Siempre era igual, desde aquella primera noche hacía tanto tiempo.
No era posible , ese instinto animal, la timidez, las risas. le adjudicaba la responsabilidad a él. Estaba segura de que era él quien la enloquecía asi, la irrespetuosidad sobre su cuerpo, esa despreocupada y desvergonzada manera de ser.
Volvía a mirar. No, ningún auto avanzaba, se volvía a inquietar.
Siempre igual, se tomaba su tiempo y sus horarios y de repente un día llamaba y toda la bronca que ella almacenaba, la desilusion del paso del tiempo, el miedo de creer que él ya había terminado todo sin siquiera un adiós. Ese odio por saberse tan poco importante como para escuchar una despedida, esa tristeza por quedarse con frases que de todas maneras nunca hubiera dicho, todo desaparecía al escuchar su nombre.
Largaba el humo que la escuchaba en su boca, entraba y volvía a salir del balcón. Se sentía hermosa, imaginaba su cara al verla, tan infantil como algunas veces había dicho él, tan deseada como él la hacía sentir.
Sabía de ese beso postergado que llegaría sin demoras. Ese beso que diría que todo estaba igual que siempre. Era tan fácil caer en él.
recordaba que al principio él la esperaba fuera del auto y ese beso era un abrazo y ese sabor a menta que significa que aunque sea había cuidado algún detalle.
Se enfurecía, sentía que esta vez tendría que decirle o quizas hacerle notar que estaba tratandola mal. pero cómo? si de tan solo imaginarlo cerca ya la hacía entender que nunca podría dejar de ser su geisha como varias veces habían jugado en palabras.
no importaba, quería verlo, tocar su cara mientras lo besaba, dejarse llevar por él.
se sentía inhibida, él siempre tan tranquilo, quizas era eso, su relajo frente a la vida o al menos el que tenía frente a ella.
Lo imaginaba en todas las areas donde ella no estaba. cómo sería?. lo imaginaba igual pero lo sabía distinto. Su vida nada tenía que ver con esto. ella imaginaba.
Todo en él era ambiguo y misterioso.
prendía otro cigarillo, el balcón era su mente, miraba hacía abajo, la calle en completa quietud y él siempre tan demorado.
Se sonreía, amaba la burbuja donde se encontraban, todo era un gran juego. Él siempre llevandola por lugares que ella solo se hubiera animado a fantasear.
Había inventado su vida muchas veces, se había preguntado tantas cosas que siempre respondía en maneras distintas. se lo había imaginado huraño, fastidioso, harto o relajado como con ella pero había tantas piezas que faltaban que le resultaba imposible armar un real rompecabezas. Nunca había preguntado nada. le daba miedo porque una respuesta habría definido entre ubicarlo como el mas inteligente, felíz y sabio de los hombres o como uno mas de los mediocres. Cualquier respuesta habría sido difícil de manejar. le encantaba idealizarlo pero no hubiera podido manejar una verdad tan grande.
Él se habría preguntado algo de ella alguna vez? que pensaría de ella?.
odiaba sentir que ella solo existía en el momento que él lo decidía. Ella era virtual para él. La única manera de existir con vida propia era tomando la decisión de negarse a su llamado. pero no podía, su orgullo no era tanto como para perder esto.
Apagaba el cigarillo, pensaba que no era tan grave en realidad lo que sentía, él no lo hacía con maldad ni porque realmente no la respetaba, era su manera de ser y después de tanto tiempo ella ya se había acostumbrado, no le molestaba tanto.
al fin llegaba, lo veía estacionar, bajarse del auto. Lo observaba en esos minutos, esos únicos minutos donde tenía la certeza de que él pensaba en ella. Lo perdía bajo el edificio. entonces entraba en la casa, se acercaba al timbre que en segundos sonaría y esperaba la última espera de la noche.
Las imagenes se le amontonaban en la mente, los juegos, las risas, los cuerpos, la inhibición que le generaba pero ante todo ese primer beso que en segundos sentiría. Ese beso que le haría olvidar sus fantasmas y dudas y que le mostraría que todo seguía igual.
El timbre sonaba, tenía que bajar. “con calma” se repetía.
El ascensor, el pasillo, últimos testigos de esta travesura, se sonreía, abría la puerta y el rodaje empezaba otra vez.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

quiero ir a la india con mi japonesa

Anónimo dijo...

q bueno hay intervalo, jajajja
por ahora va bien, pero le tengo fe a a la 2da parte

Juans dijo...

Me encantó el relato..realmente llevadero y atrapante.
Se basa en una historia real, o la similitud de los personajes con la vida misma es pura coincidencia?

tsukinota dijo...

dani: no hay manera de que vayas a ningun lado conmigo
rp: lamento desilusionarte, no se trata de las historias que te gustan leer.
juans:no se escribir ficcion, me alegra que te haya gustado. a mi tambien me gusto durante la eternidad que duro.

Juan Manuel Bruñol Silvani dijo...

A tus historias le están faltando condimentos.
Tengo especias en casa.
¿Querés?

Juan Gris