nostalgias 2

El sonido la aturdia en su sueño. Prendia la luz de la cabecera, automáticamente caminaba hacia el escritorio, el telefono que alli se hallaba estaba movilizándola.
Un pesar recorria su cuerpo, le parecia demasiado temprano para despertarse, no era posible que su despertador la estuviese llamando. Miraba el visor y no, no era el despertador quien la despertaba, era él, con su llamado quien lo hacia. No eran las 7 de la mañana, faltaban 4 horas para su madrugar.
Las luces del aparatito seguían vibrando, no dudaba, atendia, ni sabia que decir, solo respondia.
Otra vez la estaba despertando, era lindo escuchar su voz y todo ese dia ella habia estado pensando en él. No era casualidad su llamado. Es mas, hacia dias que estaba esperándolo y cómo decirle que no a su irreverencia. No era posible, deseaba transportarse ya pero no le era posible, debía vestirse, maquillarse y armar sus cosas para el dia siguiente. Y decia que si, obvio.
Quien estaba mas loco? Él que la llamaba a esa hora o ella que acudia a su encuentro?
No importaba, solo deseaba tocarlo, ver su cara, reir, besarlo. Era su burbuja.
Se estaba tornando raro, al menos para ella todo esto.
Un recuerdo llegaba a su mente, esas horas solian ser de él, ese otro que alguna vez le habia quitado el sueño tambien. Esa historia la atormentaba todavía pero esto tampoco era eso. Y si no era eso, que era?. No importaba, se reia, pensaba en que pasaria si sus pensamientos llegaran a la cabeza de él, este otro que la enloquecia.
Seguro él reiría, nada era demasiado en serio, al menos ella creía.
Se vestia, prendia un cigarrillo y sabia que seguramente el pensaria que era demasiado temprano para prender el primero. Lo habia escuchado varias veces sin saber si realmente a él le importaba ella o si solo era un consejo de cortesía.
El taxi estaba por llegar, correr a esas horas era su placer, sabia adonde se acercaba, sabia del fuego que la encendía y sabia de esos labios que la domesticaban.
Esta vez ella habia puesto el lugar, su lugar, tenia toda una sorpresa montada pero no sabia si se animaria a realizarla.
El taxi iba demasiado rapido, ella aun estaba dormida. No entendia bien porque debia llegar.
Y después de todo somos solo carne pensaba, pero no, no era asi, al menos no para ella.
Apenas llegaba, el auto se iba y quedaba sola frente a la gran puerta. Solo debia tocar el timbre y esperar porque ni siquiera habia auricular. Le esperaba una eternidad hasta ver su cara bajar por esas escaleras.
Pero al fin llegaba y solo deseaba fundirse en él pero la inhibía demasiado. No le era posible.
La misma secuencia, la misma escena, todo era igual, la misma posición, los mismos lugares, su quietud y su verguenza.
Sus preguntas y sus no respuestas. Cómo responder que su inhibición era responsabilidad de él?. Cómo decirle que a ella le importaba esto demasiado. Qué pasaba si esto era solo un juego?.
Como podía se soltaba, él era un artesano para hacerla sentir bella, sexy y hermosa pero no era suficiente. Ella aun no entendia que sucedia pero todo era demasiado extraño, el era demasiado desinhibido y su vida aun era un misterio. Cómo saber qué la hacia timida con él. Era èl seguramente pero no se animaba a decirlo.
La charla, sus besos, todo la animaban pero no, no podia ser ella aun, ya estaba suficientemente expuesta, no podia dar mas que esto, no aun y no sabia si alguna vez seria posible con el.
Las cosas estaban cambiando pero no sabia hasta donde. Ella aparecia y el respondia, ya no demoraba su presencia y se sabia calcular aproximadamente su encuentro pero no, aun no podia soltarse.
Lo frenaba, le tenia reservada una sorpresa pero no se animaba a darla.
Su nombre sonaba, “queres que vaya a buscarte? Yo preferiria que vengas”. Eso ya bastaba para que ella lo intentara. Se agachaba, se escondia.
Se acercaba, su respuesta era aun mejor de la esperada.